domingo, 14 de diciembre de 2008

F4s, un lindo juguete.

En la gama alta de Nikon (analógicas, por supuesto) encontramos los modelos F generalmente seguidos por un número: la F, de 1959; la F2, puesta en el mercado en 1972; la F3, que salió en 1980; la F4, aparecida en 1988, la Nikon F5 vino en 1997, y la más reciente: la F6, que llegó el 16 de Septiembre de 2004.

Las clásicas son las cámaras que más me seducen, pero eso no resta interés a otras más modernas, y entre ellas, según mis preferencias, la F3HP y la F4s, con enfoque manual y automático respectivamente. Son muchos los encantos de éstas ante mis ojos, partiendo de una simplicidad y versatilidad sin parangón (véase la comparativa en la revista FOTO Profesional, Noviembre de 1989, http://www.flickr.com/photos/saudadextu/3101400520/in/set-72157605483220385 ), un diseño atractivo, compatibilidad del sistema y, por supuesto, resultados más que fiables.


Tardé 20 años en conseguir una F4s (veintiséis en el caso de la F3HP), un lindo juguete que a nadie deja indiferente; se aprecian contrastes con la velocidad de enfoque de la F801s, sin duda la “hermana mayor” es más rápida; también el arrastre es muy distinto: sinfónico podría decir. La gama de velocidades de disparo además es más amplia. Con todo ello y muchas más cosas que se notan en su manejo, queda claro que tomar fotos con esta cámara es todo un placer, tan sólo echo de menos el menor peso de su hermana pequeña la F801s.


La Nikon F4s, una cámara profesional 100 %, demuestra tras pocos carretes disparados que la máquina que mantienes en las manos al usarla no es algo trivial: merece la pena soportar su peso.

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